Estatableciendo límites para su hijo adolescente
Las hormonas pueden cambiar las emociones y comportamiento de su hijo adolescente en un abrir y cerrar de ojos, y ponerlas en una marcha desbordada, llevándolos a un territorio riesgoso. Mientras sus habilidades para formar una opinión se están desarrollando, él lo necesita para mantenerse seguro y a salvo al establecerle límites claros respaldados por consecuencias firmes.
Límites balanceados crean confianza entre padres y adolescentes
Muchos padres tienen miedo de establecer límites. Ellos piensan que eso creará una pared entre ellos y sus hijos adolescentes. La verdad es que los límites le demuestran a su hijo adolescente que a usted le importa él. Lo difícil es encontrar un balance entre su necesidad de tener control y la necesidad de su hijo de ser independiente.
Cada adolescente es diferente. Descubra dónde su hijo adolescente necesita límites
Algunos de nuestros hijos adolescentes necesitan mucha estructura para ser exitosos; otros no. Dependiendo de la personalidad y rutina de su hijo adolescente, usted debería considerar establecer límites que describen:
- Lo que puede o no hacer después de la escuela.*
- Cuándo tiene que hacer las tareas.
- Cuándo puede usar la computadora y para qué.
- Cuándo y por cuánto tiempo puede usar el teléfono.
- Cuándo tiene que estar en casa en la noche o los fines de semana.
- A qué tipo de fiestas puede ir y con quién.
- Cuándo y por qué puede usar el auto o ir con alguien en otro.
*Este es el mejor momento para experimentar con las drogas y el alcohol. Tener un adulto cerca durante esas horas es una de las formas más efectivas de mantener a los niños sanos y salvos.
Deje que su adolescente lo ayude a crear las reglas (funcionarán mejor así)
Los adolescentes tienden más a obedecer las reglas y límites que ellos mismos ayudan a crear. Colabore con su hijo para llegar a una conclusión con la que los dos queden satisfechos. Sea abierto a las metas y necesidades de su hijo adolescente, y sea bien claro sobre las de usted.
Recuerde, cada regla o límite tiene que:
- Funcionar para los dos. Así que si él trabaja después de la escuela para pagar por sus clases de guitarra, el establecer una regla que diga que la tarea tiene que estar lista antes de la cena no es nada práctico. Pero si usted quiere revisar su tarea antes de que él la entregue, tampoco es práctico darle hasta las 8 de la mañana del día siguiente para terminarla. Encuentre una hora en el medio.
- Aclare sus expectativas. Decir: “Sé civil con las personas” es muy vago. Decir: “No grites, digas groserías, pegues o rompas cosas” aclara lo que usted espera de él.
También trabajen juntos en las consecuencias
Tiene que haber un precio que pagar por pasarse de la raya. De otra forma, ¿entonces para qué le prestaría atención a los límites un adolescente? Deje que su hijo adolescente lo ayude a definir las consecuencias. Aquí hay algunas preguntas a tener en mente mientras lo hace:
- ¿El castigo va acorde al crimen? Castigarlo por una semana puede ser muy severo si llegó 20 minutos tarde a cenar, pero razonable cuando se pasa de la hora de llegada a casa por dos horas.
- ¿Usted puede reforzar la consecuencia? Si su hijo adolescente se queda en casa solo mientras usted trabaja de noche, no es práctico decirle que tiene que estar acostado a las 8 p. m. ¿Quién se aseguraría de que lo está?
- ¿La consecuencia es clara? Decir: “Si no llegas a la hora establecida, no puedes usar el auto” es vago. Decir: “Por cada 30 minutos que llegues tarde, perderás el derecho de usar el auto por un día” aclara las consecuencias.
En conclusión, asegúrese de que los dos están de acuerdo en todo. Pídale a su hijo adolescente que le diga cada límite y consecuencia al desobedecerlo en voz alta. Puede que hasta quiera escribirlo todo.
Prepárese. Él se pasará de la raya. Es normal
Todos los adolescentes cometen errores. Así es como aprenden. Y cuando su hijo adolescente lo haga, de seguro usted se enojará. Pero controle sus emociones. Recuerde no hacer amenazas vacías o perderá su credibilidad. Tómese un tiempo para tranquilizarse, luego dígale de forma calmada lo decepcionado, enojado o frustrado que está. Sus sentimientos pueden ser un gran motivador para él. Y al final, recuerde su acuerdo y refuerce solamente las consecuencias de las que habló, sin sorpresas.
Cuando las cosas están yendo bien, que es lo que ocurrirá la mayoría del tiempo, asegúrese de decirle que lo ha notado. A todos nos gusta que nos feliciten, que nos den las gracias o que nos halaguen. ¿Quién sabe? A lo mejor él llegue a hacer lo mismo por usted un día.
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